sábado, 19 de noviembre de 2011

Bienvenidos, bienvenidas.

Nací en San Salvador (El Salvador), gracias a un padre segoviano y una madre vallisoletana. Me cuentan que viví allí los tres primeros años de mi vida, pero, cuando volví, con nueve años, sólo me acordaba de una música del móvil de mi cuna.
Nos fuimos a Valladolid cuando yo iba a empezar a ir al colegio, porque mis padres decidieron que San Salvador no era lugar seguro para mí. Me dicen que en mis primeros meses en España decidí no hablar, parecía que yo estaba muy enfadada.
Con el paso del tiempo el enfado se fue y comencé a vivir una vida española: no tengo rasgos de América Latina, el acento se me fue enseguida, adopté las costumbres de acá.

Con 18 años, decidí que Valladolid me sabía a poco y me vine a estudiar Periodismo a Madrid, en la Universidad Complutense.

Con nueve años, mis padres me llevaron de nuevo a San Salvador por un mes, de vacaciones de verano. A partir de ese momento mi concepto “vacaciones” sufrió varias crisis. De ese viaje recuerdo bastantes cosas, todas relacionadas con las sensaciones que fui teniendo en ese mes: incomodidad ante gente que me conocía y yo a ellos no, choque al cambiar totalmente la forma de vida que yo tenía, un bastante intenso jet lag… También recuerdo el enorme bajón que me dio una vez volvimos a Valladolid. No sabía a qué se podía deber, pero estaba triste. Mi madre siempre dice que es el bajón que da después de una serie de emociones fuertes. Será.

Desde entonces, no he vuelto a tener relación con El Salvador, ni con América Latina en general. Las cosas que sabía o que iba conociendo eran gracias a mis padres, sobre todo mi padre, que siempre estaban trabajando en asuntos relacionados con esa zona, cooperación, solidaridad, género, etc. Hasta ahora. Ahora voy sabiendo cosas por mí también.
Creo que Latinoamérica coge (y acoge) muy fuerte a la gente que nace en su tierra, y difícilmente los deja ir. Yo me enorgullezco de decir que no me dejó ir, y la prueba está en querer escribir sobre mi primer continente dieciséis años después de haberlo “abandonado”.
Así que ya os digo mis intenciones: quiero hablar sobre América Latina (con su gente con rasgos latinoamericanos, acento latinoamericano, costumbres latinoamericanas). Pero pretendo, además, escribir también sobre temas de Cooperación, Solidaridad, Género, Derechos Humanos… y lo que se vaya presentando.

Sin clichés, sin mitos, sin generalizaciones.

Pero una cosa os pido, futuros (y esperados) lectores y lectoras: sed buenos/as, sed pacientes. Estoy empezando y todavía no sé mucho, es posible que, si hay suerte y sigo escribiendo sobre esto, me retracte de cosas que diga al principio: esto sólo será buena señal, estaré aprendiendo.
Eso sí, si hay gente (espero) a quien le vaya interesando, gustando o lo que sea este blog, que comente, critique y alabe (también dejo) todo lo que quiera y más. Yo estaré encantada de responder, retractarme y agradecer.

Lo dicho, ¡empezamos!

1 comentario:

  1. Tu primer comentario, como no podía ser de otra manera, va más encaminado al sentido de alabar que al de comentar o criticar. Alabanza referida al mérito que ésto tiene,no sólo por lo QUE cuentas Y CÓMO lo cuentas, sino por el LUGAR del que lo haces, dado que no es muy común hablar de allá ni tampoco se conoce mucho. Sólo puedo transmitirte mi más sincero apoyo y ánimo.
    Pd: un anónimo como muy de la familia ;)

    ResponderEliminar