viernes, 2 de diciembre de 2011

La magia de los colores.

Los colores unen. Quien piense lo contrario, que pregunte a cualquier habitante de Cantarrana, en la Habana. Hasta hace muy poco, los y las habitantes del barrio de Cantarrana vivían sabiéndose perdidos en el mapa, sin que nadie notase su presencia ni la de su zona. Eso ya ha cambiado, y sus nuevas y visibles sonrisas se deben a los colores, a la pintura, al arte. 
Incentivados por un grupo de artistas, los vecinos y las vecinas de Cantarrana han vestido sus calles de luz pintando las fachadas de sus casas. Ahora está bonito, ahora se ve, ahora la gente se alegra de vivir allí.

Y es que las pinturas no son sólo estética. "La comunidad se interrelaciona mejor, está más sociable y dispuesta a cooperar", dice Eduardo Lima, persona ejemplar entre los y las residentes de la zona. 
Ahora que ven su barrio distinto, las gentes de Cantarrana respetan más las calles, cuidan más lo que es suyo, porque lo suyo está bonito. La comunidad se preocupa más por mantener sus colores limpios y vivos, las condiciones higiénico-sanitarias han mejorado, y todo gracias a unas cuantas brochas.

Lima espera que esta experiencia tan grata no se pierda en las calles de Cantarrana, y otros barrios puedan verse dibujados. De momento, el objetivo principal es mantener el barrio limpio, con habitantes felices, a la altura de las pinturas que lo visten.

Sin embargo, esta propuesta no ha beneficiado sólo a la comunidad de Cantarrana, sino que todos los y las artistas que han participado en esta actividad se han sentido muy realizados por dentro. "Ha sido una experiencia increíble. Es la primera vez que pinto al aire libre, solo con una pared como soporte. Además, la confianza y el cariño de los vecinos hacia nosotros ha sido muy grande, siempre dispuestos a apoyar y participar". Estas son palabras de Isabel María Llamas, artista autodidacta.

El Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos (CISP) apoyó esta incentiva desde sus orígenes. Y hay más. "Espacio abierto" es otra empresa que busca realizar obras en otras zonas del municipio de Playa, siempre con el arte como herramienta. A este proyecto se unen además grupos de la zona y todo aquél que quiera. 

Podemos decir, pues, no sólo que el arte una, sino que completa espacios en vidas que parecían tener agujeros. Que hace que nos preocupemos más por lo que es nuestro y lo que es de todos. Que si hay colores, la gente los respeta. 
Empresas como esta son las que hacen que gente de todo el mundo se reeduque viviéndolo y viéndolo desde fuera. Occidente no debería ver esto como una actividad que se organiza en Cuba porque sus ciudades están menos cuidadas, sino como un programa de re-educación en la ciudadanía, cosa que vendría bien a la población de cualquier lugar del mundo.

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